domingo, 28 de septiembre de 2008

Chiste: Un hijo en la Universidad

Un hijo en la Universidad

Un chico se va a la universidad en los Estados Unidos, pero más o menos a la mitad del semestre se le acaba el dinero que le dieron sus padres. Se le ocurre entonces una idea brillante y llama a su padre.


- Papá, no vas a creer las maravillas modernas de la educación en este país. Resulta que aquí en mi Universidad tienen un programa para enseñar a hablar a los perros.


- ¿Y cómo puedo hacer para que acepten a Pluto, el perro de la casa?
-
- Solo envíamelo con $1,000 y yo me encargo de matricularlo.

Así es que el confiado padre envía al perro con los $1,000. Más o menos a los 2/3 meses, el muchacho se gasta el dinero y de nuevo decide volver a llamar a su padre.

- Bueno, y ¿cómo le va a Pluto? le pregunta su padre.


- Increíble, papá. Ya habla hasta por los codos, pero ahora resulta que hay otro curso más avanzado, para enseñar a los perros a leer.


- ¡No jodas! ¿Y cómo hago para que entre a ese curso?
- Solo envíame $2,500 y lo matriculo.

Así es que el ingenuo padre le envía el dinero.


Al final del curso, el chico se da cuenta que el perro no sabe ni hablar, ni leer, ni nada de nada, así es que le mete un tiro al perro.

Cuando llega a su casa al final del semestre, el padre está feliz, esperándolo.


- ¿Dónde está Pluto? Estoy deseoso de escucharlo hablar y leer. Ya tengo separada una revista de animales para que me la lea.


- Papá, no me lo vas a creer. Ya lo tenía todo preparado para el viaje, cuando lo veo acostado en el sofá, leyendo el New York Times, como todas las mañanas. De pronto me dice:

Bueno, ¿y tu viejo se sigue tirando a la pelirroja ésa que vive enfrente de la casa?'


Y el padre le contesta:

- Espero que le hayas metido un tiro a ese perro hijo de puta, antes de que hable con tu madre.
- Claro, papi ¡Eso fue exactamente lo que hice!
- Así se hace, hijo.

El chico se graduó y se convirtió en un gran político.

miércoles, 16 de julio de 2008

ES BUENO SABERLO Y MÁS TENIENDO NIÑOS

En un curso de ASPIRANTES A BOMBEROS enseñaron que cuando se produce una quemadura, sea esta de la extensión que fuera, el primer auxilio es colocar la parte afectada debajo de agua fría corriente hasta que calor disminuya y pare de quemar las capas de la piel y después, clara de huevo, levemente batida (sólo para que sea más fácil de aplicar).

La semana pasada, al calentar el agua, una amiga la dejó pasar de punto; ya estaba en ebullición y cuando agarró la olla para tirar el agua, se quemó una gran parte de su mano porque el agua hirviente saltó hacia fuera cuando ella trataba de mover el recipiente.

Colocó entonces la mano debajo de la llave de agua fría, bastante tiempo para evitar el calor inicial, aunque el dolor era tremendo. Luego rompió dos huevos y separó las claras batiéndolas un poco y las puso sobre la mano.

Su mano estaba tan quemada que, en cuanto ella colocaba la clara encima de la piel, ésta se secaba y quedaba una película que después se enteró, era colágeno natural.

Estuvo por lo menos una hora colocando capa tras capa de de claras en la mano. Por la tarde, no sintió más dolor y al día siguiente apenas había una marca rojiza-morada donde se había quemado. Ella pensó que le quedaría cicatriz horrible, pero para su sorpresa, después de diez días estaba sin ninguna marca de lo acontecido.

Ni el color de la piel cambió; esa parte quemada, se recuperó totalmente por el colágeno existente en la clara de los huevos que en realidad, es una placenta y está llena de vitaminas.

Siempre puede existir alguien que necesite este mensaje.

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viernes, 6 de junio de 2008

Los golpes de la vida

Alfonso Aguiló, www.interrogantes.net
Hay golpes en la vida William Shakespeare dejó escrito que no hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida.

Porque la vida de cualquier hombre, lo quiera o no, trae siempre golpes. Vemos que hay egoísmo, maldad, mentiras, desagradecimiento. Observamos con asombro el misterio del dolor y de la muerte. Constatamos defectos y limitaciones en los demás, y lo constatamos igualmente cada día en nosotros mismos.

Toda esa dolorosa experiencia es algo que, si lo sabemos asumir, puede ir haciendo crecer nuestra madurez interior. La clave es saber aprovechar esos golpes, saber sacar todo el oculto valor que encierra aquello que nos contraría, lograr que nos mejore aquello que a otros les desalienta y les hunde.
Hay que saber aprovechar la experiencia negativa

¿Y por qué lo que a unos les hunde a otros les madura y les hace crecerse? Depende de cómo se reciban esos reveses. Si no se medita sobre ellos, o se medita pero sin acierto, sin saber abordarlo bien, se pierden excelentes ocasiones para madurar, o incluso se produce el efecto contrario. La falta de conocimiento propio, la irreflexión, el victimismo, la rebeldía inútil, hacen que esos golpes duelan más, que nos llenen de malas experiencias y de muy pocas enseñanzas.

La experiencia de la vida sirve de bien poco si no se sabe aprovechar. El simple transcurso de los años no siempre aporta, por sí solo, madurez a una persona. Es cierto que la madurez se va formando de modo casi imperceptible en una persona, pero la madurez es algo que se alcanza siempre gracias a un proceso de educación –y de autoeducación–, que debe saber abordarse.
Superar la frustración sin reclamar es madurar

La educación que se recibe en la familia, por ejemplo, es sin duda decisiva para madurar. Los padres no pueden estar siempre detrás de lo que hacen sus hijos, protegiéndoles o aconsejándoles a cada minuto. Han de estar cercanos, es cierto, pero el hijo ha de aprender a enfrentarse a solas con la realidad, ha de aprender a darse cuenta de que hay cosas como la frustración de un deseo intenso, la deslealtad de un amigo, la tristeza ante las limitaciones o defectos propios o ajenos..., son realidades que cada uno ha de aprender poco a poco a superar por sí mismo. Por mucho que alguien te ayude, al final siempre es uno mismo quien ha de asumir el dolor que siente, y poner el esfuerzo necesario para superar esa frustración.

Una manifestación de inmadurez es el ansia descompensada de ser querido. La persona que ansía intensamente recibir demostraciones de afecto, y que hace de ese afán vehemente de sentirse querido una permanente y angustiosa inquietud en su vida, establece unas dependencias psicológicas que le alejan del verdadero sentido del afecto y de la amistad. Una persona así está tan subordinada a quienes le dan el afecto que necesita, que acaba por vaciar y hasta perder el sentido de su libertad.
Paciencia con los demás con nosotros mismos y con toda la realidad que nos circunda

Saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible. Tiene que ver más con aprender a no pedir a la vida más de lo que puede dar, aunque sin caer en un conformismo mediocre y gris; con aprender a respetar y estimar lo que a otros les diferencia de nosotros, pero manteniendo unas convicciones y unos principios claros; con ser pacientes y saber ceder, pero sin hacer dejación de derechos ni abdicar de la propia personalidad.

Hemos de aprender a tener paciencia. A vivir sabiendo que todo lo grande es fruto de un esfuerzo continuado, que siempre cuesta y necesita tiempo. A tener paciencia con nosotros mismos, que es decisivo para la propia maduración, y a tener paciencia con todos (sobre todo con los tenemos más cerca).

Y podría hablarse, por último, de otro tipo de paciencia, no poco importante: la paciencia con la terquedad de la realidad que nos rodea. Porque si queremos mejorar nuestro entorno necesitamos armarnos de paciencia, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura. Por la paciencia el hombre se hace dueño de sí mismo, aprende a robustecerse en medio de las adversidades. La paciencia otorga paz y serenidad interior. Hace al hombre capaz de ver la realidad con visión de futuro, sin quedarse enredado en lo inmediato. Le hace mirar por sobreelevación los acontecimientos, que toman así una nueva perspectiva. Son valores que quizá cobran fuerza en nuestro horizonte personal a medida que la vida avanza: cada vez valoramos más la paciencia, ese saber encajar los golpes de la vida, mantener la esperanza y la alegría en medio de las dificultades.

jueves, 10 de enero de 2008

Vea la evolucion del precio de la vivenda en su ciudad

Aqui os dejo una dirección, donde puedes ver si el precio de la vivienda en tu ciudad esta subiendo o no, asi como la evolución de los ultimos meses o años.http://www.expocasa.com/preciometro/