miércoles, 28 de octubre de 2009

El viaje del Emperador, uno de mis animales favoritos

Ganadora del Oscar al Mejor Documental.

La historia del pingüino Emperador y de sus hábitos de crianza es único. Combina elementos de amor, drama, coraje y aventura; todo en el corazón de la Antártida, el territorio más desolado y riguroso del mundo. Este guión, que fue dictado por la propia naturaleza, ha venido representándose durante cientos de años, pero fue descubierto por el ser humano recién a comienzos del siglo veinte.

La marcha de los pingüinos expone una sociedad organizada, que a simple vista se construye horizontalmente y sin líderes natos. La solidaridad y la amabilidad se resumen en ese largo invierno en el que, para mitigar el frío, deben dormir amuchados unos contra otros. Pero también, en la brutalidad y el primitivismo con que cada acto es llevado a cabo, se irá definiendo parte de la identidad de estas criaturas. La escena del apareamiento es magistral, con un erotismo que hace transpirar la pantalla. La sensualidad de ese instante mágico condensa no sólo el material de estudio, sino la fuerza de unas imágenes hipnóticas.

Aventurándose en una tierra donde ninguna otra criatura viviente se anima a emprender un viaje semejante.


Es una historia que se repite cada invierno, desde hace miles de años. Pero nunca ha existido una generación de hombres que fuera testigo de ella, para comprender su profundo significado y transmitirla, porque el territorio Antártico permanece en buena parte no colonizado aún.

El pingüino emperador recién tuvo su primer encuentro con el hombre al llevarse a cabo las primeras expediciones polares, hace ya un siglo. En la década del 50, cuando comenzaron a establecerse en ese territorio las primeras bases, la épica de la observación científica reemplazó a la leyenda en las preferencias narrativas. A la vez, el pingüino emperador y el hombre no tienen una relación mutua tan longeva como para haber generado una mitología suficiente. Siguen siendo extraños, cruzándose en muy raras ocasiones, perdidos en las apabullantes extensiones desérticas del territorio Antártico.


Una de las características más asombrosas del pingüino Emperador es su aptitud para sobrevivir el ayuno apelando a sus reservas alimenticias. Durante el período de ayuno, que se extiende alrededor de 115 días en el caso del macho, y abarca casi toda la extensión del período reproductivo (el cortejo, el acoplamiento, la postura del huevo, el período de incubación y el nacimiento de las crías ) cada ave puede llegar a perder hasta un tercio de su peso.

El acoplamiento produce un único huevo que se incuba sin nido, durante el período más frío del año - el invierno Austral imponiendo a los padres semanas enteras de ayuno y denodado esfuerzo. El huevo es extremadamente frágil y no debe entrar en contacto con el hielo. Debe ser mantenido en el pliegue del cuerpo del pingüino, una suerte de bolsa o bolsillo incubador, que evita que el huevo se congele, se quiebre o quede a merced de los depredadores que acechan en el exterior. Un promedio de apenas dos tercios de los huevos sobreviven, pero el número de huevos perdidos varía enormemente de un año a otro.

El pingüino es un animal que tiene la capacidad de regular térmicamente su propia temperatura corporal. Tiene sangre caliente y es capaz mantener una temperatura corporal constante aún en las condiciones más extremas. Puede hacerlo gracias al aceite que segrega sobre sus plumas y que las hace impermeables (es capaz de extender parejamente el aceite por todo su cuerpo con el pico y de almacenar grandes cantidades de aire entre la capa de aceite y su cuerpo, lo cual opera como capa aislante), gracias a una capa de grasa corporal (la cual le permite retener el calor del cuerpo), y también gracias al alto contenido de grasas que tiene su alimento habitual.

El pingüino también puede regular su temperatura corporal mediante dos niveles de temperatura interna diferentes: la temperatura interior, en el centro de su cuerpo, es alta, mientras que la temperatura de sus extremidades es casi tan fría como la exterior. Esta última temperatura está regulada por un sistema de intercambio de calor entre las arterias y las venas. La sangre proveniente del corazón calienta la sangre fría que proviene de las extremidades inferiores, la cual a su turno enfría la sangre que fluye por las extremidades. Además, el flujo de sangre en las extremidades puede decrecer cuando está más fría. Otras características anatómicas, fisiológicas y de comportamiento han debido desarrollarse, a medida que el pingüino ha evolucionado, para asegurar el éxito de esta termo-regulación.

Los pingüinos tienen que lidiar a la vez con las penurias de la vida en el mar y de la vida en el hielo. Así como el hábitat marino suele ser estable, el terrestre se ve sometido a los rotundos cambios climáticos estacionales. Por ende, no debe sorprender que la vida del pingüino esté marcada por la constante lucha para ajustar la temperatura de su cuerpo al frío o al calor.

Para enfrentar mejor al frío tremendo del invierno Austral, el pingüino emperador ha desarrollado modelos de comportamiento social que le aportan un fenomenal ahorro de energía. La más impresionante de estas modalidades de adaptación es la congregación en masivos grupos cerrados, en la cual los individuos se juntan cuerpo a cuerpo conformando un grupo extremadamente denso. De esa manera, sólo quedan expuestas al viento feroz las espaldas de los ejemplares, y estos se turnan de manera de que los que en principio hayan quedado en la periferia del masivo grupo puedan ir corriéndose gradualmente al centro, más protegido, hasta que les toque volver a la periferia, y así constantemente.

Otra sorprendente característica del pingüino Emperador es su capacidad de identificación y reconocimiento vocal. No solamente la cría puede reconocer a su padre al escuchar apenas dos décimas de segundo de emisión vocal, sino que es capaz de hacerlo aunque suenen simultáneamente los graznidos de otros seis padres a un volumen 6 decibeles más alto.

Las parejas se mantienen fieles durante todo el período de crianza. No obstante, la pareja no dura toda la vida. Sólo unos pocos ejemplares vuelven a reunirse de un año para el otro. La noción de territorio es virtualmente desconocida para el pingüino Emperador durante la estación reproductiva, lo cual es muy diferente de lo que sucede con el Pingüino Real. La formación en grupo cerrado, la cual requiere que los pingüinos se agrupen estrechamente cuerpo a cuerpo para conformar esa suerte de formación compacta, monolítica, sería imposible si tuvieran que defender un nido o un determinado territorio del ataque de otras aves o depredadores.

El pinguino Emperador, a pesar de ser un animal de marcha torpe y esforzada, tiene una extraordinaria resistencia, y es un magnífico nadador. Con alas rígidas, las que achata para utilizarlas como verdaderos remos, o aletas nadadoras, y un cuerpo en forma de huso extremadamente hidrodinámico, el pingüino Emperador es un buceador de campeonato, con un record fehaciente de sumergimiento de 1700 pies de profundidad!.Además de estos dos medios de transporte, y gracias a sus patas con membranas, el pingüino Emperador también puede deslizarse como por un tobogán en el hielo a velocidades que pueden alcanzar 4 y hasta 5 millas por hora. El pinguino emperador es de alta mar, come krill, peces y calamares.

Los enemigos depredadores de los pinguinos emperador: La orca, la foca leopardo; en tierra, los petreles gigantes y las gaviotas pardas antárticas que atacan a las crías.

Hoy en día, se los encuentra en los bordes limítrofes del Continente Antártico, y especialmente en Terre Adélie. Los antepasados de los pingüinos actuales vivieron en los mares australes mucho antes de la formación de los hielos, hace más de cincuenta millones de años.

En 2001, en el Mar de Ross, dos icebergs gigantescos se separaron, bloqueando el paso de las colonias de pingüinos Adélie en su búsqueda de alimento, obligándolos a un rodeo de más de 30 millas. En ese mismo año, numerosas crías de pingüinos emperador murieron ahogadas, debido a que el hielo del mar se derritió demasiado pronto, sin darles tiempo suficiente como para aprender a nadar. Aún cuando estos fenómenos son naturales, si la temperatura sigue aumentando se harán recurrentes. Las investigaciones científicas emprendidas en la Estación francesa Dumont d`Urville (en la costa oriental del Continente) han demostrado que la colonia de pingüinos emperadores del Pointe Géologie ha perdido 3.000 parejas en 50 años; los índices más altos de mortalidad, en los años 1976 y 1978, corresponden a los momentos de mayor receso y reducción del hielo marino. A la vez, en el extremo occidental del Continente, y debido al aumento de la temperatura del aire (de 4,5 grados a 5,5 grados centígrados en cincuenta años), en parte de la Península Antártica ha empezado a crecer vegetación, con la aparición de algas y musgo.

UN RECORDATORIO Y UNA ADVERTENCIA
El calentamiento global del planeta, que afecta a toda la superficie del mismo, y en particular a las regiones polares, desata cambios que afectan primordialmente a las especies que habitan esas regiones. Tanto en el Polo Norte como en el Polo Sur, las especies sufren por el adelgazamiento de la capa de hielo y sus consecuencias. A mediano plazo, los osos polares y los pinguinos no tendrán otra opción que la de modificar sus modos de vida si quieren sobrevivir a esos cambios.