sábado, 9 de junio de 2007

Yoga


Si estas nervioso como el hombre del emoticono te aconsejo una sesión de Yoga . José Enrique
Realizar una sesión de Yoga es abrir un paréntesis dentro de la ajetreada vida cotidiana para tener la oportunidad de reconectar con nuestro cuerpo, mente y espíritu a través de las posturas (asanas), los ejercicios respiratorios (pranayama), la relajación consciente (shavasana), las prácticas de concentración (dharana) y, finalmente, la meditación (dhyana).

El Yoga es el arte del equilibrio personal y la armonía espiritual siendo, a la vez, un instrumento idóneo para cuidar el cuerpo y aquietar la mente obteniendo la posibilidad de obtener un estado de paz interior y un profundo conocimiento sobre si mismo.


Durante la práctica de las asanas (posturas) del Hatha Yoga es posible establecer un diálogo íntimo y silencioso con el cuerpo permitiéndonos explorar y aceptar nuestra realidad física. A través de las asanas es posible comprender cómo funciona nuestro cuerpo y cuales son los estímulos que necesita para equilibrarse y armonizarse, ofreciéndole la oportunidad del estiramiento, la flexibilidad, la comprensión, la expansión, la movilidad, la inmovilidad... etc. ofreciéndole al cuerpo la posibilidad de expresarse. Las posturas proporcionan equilibrio entre la energía vital y la mental generando salud tanto física como psíquica. Consisten en una actividad que se realiza de forma suave y consciente.

A continuación presentamos una serie de asanas divididas en niveles que son de práctica común en el yoga.


Básicas

Intermedias


Avanzadas
Respiración
La práctica del Yoga incluye la respiración. La respiración es vida y para el Yoga es uno de sus principios fundamentales. Respirar es el primer acto que el ser humano realiza en el mundo, y será el último. La respiración ocurre siempre siendo el soporte energético de todas las demás funciones corporales. Según sea nuestra forma de respirar así va a ser nuestra forma de vida.

El primer objetivo del Yoga es recuperar la respiración natural, equilibrada y armoniosa que con frecuencia ha quedado deteriorada por bloqueos surgidos de tensiones emocionales, intelectuales y físicas.

Recuperar la respiración natural, equilibrada y armoniosa no es intentar cambiar los habituales patrones establecidos, sino más bien permitir que el propio impulso respiratorio se muestre de forma libre y fluida. Para ello lo más indicado es adoptar la actitud de mero observador del proceso respiratorio. No hay que intentar nada, sino dejar hacer: permitir que los pulmones respiren por sí mismos. Ellos saben hacerlo según las necesidades de cada momento y a través de la observación pasiva es posible vivenciar conscientemente el proceso.

Tipos de respiración

Básicamente existen tres tipos de respiración:

Vitalizante. Es la respiración activa en que la espiración es más corta y potente que la inspiración, mientras que la inspiración es pasiva y lenta.
Tranquilizante. La espiración es pasiva, lenta y larga, mientras que la inspiración es activa.
Equilibrante. La duración de la inspiración y la espiración es prácticamente igual o muy similar.
Respiración y Mente

La respiración y la mente están profundamente interconectadas afectando una a la otra. Cuando la actividad mental se altera, de forma inmediata se producen cambios en el proceso respiratorio. Y viceversa, cuando se producen cambios en el proceso respiratorio aparecen cambios en el estado psico-emocional.

Una respiración agitada y superficial se asocia a un estado mental-emocional alterado. Mientras que una respiración lenta y equilibrada proporciona relajación física, estabilidad emocional y serenidad mental.

Si ajustamos el ritmo y volumen de la respiración es posible eliminar las inarmonías que puedan existir en los niveles físico, emocional y mental. Basta con hacer la respiración más lenta, rítmica y profunda para conseguir una nueva situación de estabilidad y relajación.

Pautas para una respiración adecuada

Inspirar y espirar siempre por la nariz
Respiraciones rítmicas, lentas y profundas
No forzar la respiración
Permitir que de forma natural se iguales inhalación y exhalación
Respetar el impulso natural de la respiración

Meditación

“No se puede perfeccionar el Hatha Yoga sin la práctica del Raja Yoga, y viceversa. Por tanto, se han de practicar los dos hasta que se obtenga la perfección en Raja Yoga”.

Hatha Yoga Pradipika. Cap. II. Verso 76

El Yoga físico (Hatha Yoga) y el Yoga mental (Raja Yoga) van seguidos uno del otro como la noche sigue al día, ya que uno es preparación y consecuencia del otro.

Al finalizar la relajación tras una sesión de asanas la mente está aquietada, receptiva, dispuesta a traspasar las diferentes capas de la personalidad y contactar con nuestra esencia a través de la quietud y la serenidad de la meditación.

Demasiado a menudo el ser humano vive en un gran caos físico, emocional y mental. La dinámica caótica de su pensamiento disipa la energía mental y vuelve poco eficaces las acciones que realiza en su vida cotidiana haciéndole vivir con una profunda desconexión con su esencia más auténtica. El practicante obtiene el éxito cuando es capaz de unificar los dispersos rayos de su energía y puede dirigirlos a voluntad sobre el objeto deseado.

Todos los esfuerzos que realiza el yogui van encaminados a la obtención del estado meditativo. No es fácil definir la meditación pues, ante todo, se trata de experimentar un estado de unidad. La meditación consiste en unir al observador con lo observado en el proceso de la observación.

Meditación es el estado de ser que se encuentra más allá de la mente. La meditación es contemplación pura y directa de toda manifestación que surge en el campo de la consciencia. Es la observación inafectada de los diferentes acontecimientos para verlos tal y como son y no como nos gustaría que fuesen.

Tal observación ecuánime sucede sin los obstáculos mentales que suelen opacar la percepción. Mirar y no sólo ver, escuchar y no solo oir es lo que otorga la reconexión consciente con nuestra alma.

Sentir el mundo con el Corazón y no con la mente. Trascender el estado de inconsciencia mecánica e instalarse en el ser luminoso que se encuentra más allá de la dualidad. Traspasar los limitados parámetros de nuestra consciencia de vigilia en la que habitualmente se vive... y muere.

El estado de meditación siempre ha estado ahí, pero el velo de nuestras imaginaciones e identificaciones nos ha impedido percibirla. La meditación no se puede provocar. Simplemente sucede si se facilitan las condiciones adecuadas.

La meditación, en definitiva, es el estado de ser que se corresponde con nuestra auténtica naturaleza. La meditación es tu auténtico ser real. Meditación eres tú.

Más información sobre meditación en www.silenciointerior.com

Estilo de vida

El Yoga puede ayudarle a transformar su forma de vida proporcionándole un mejor funcionamiento de la mente y el cuerpo.

El Yoga es patrimonio de la humanidad. Cualquier persona, sin límite de edad, puede practicar yoga.

Las posturas (asanas) del Hatha Yoga pueden adaptarse para las personas con restricciones de movilidad o necesidades especiales. De forma que para todo ser humano le es posible obtener los beneficios que el Yoga proporciona.

La práctica del Yoga invita a llevar una dieta sana y equilibrada invitando a muchos de sus practicantes a abrazar la dieta vegetariana. Pero no es ésta una condición indispensable para obtener los beneficios de la práctica.

Así mismo, cuando se profundiza en la práctica, el yogui termina interesándose por el crecimiento personal, adentrándose entre las capas que conforman la estructura personal para obtener el conocimiento de sí mismo.

La adaptación -siempre progresiva- a este estilo de vida, puede dar lugar a profundos cambios en el modo en que se percibe el mundo dando lugar a una forma de vida más plena, equilibrada y armoniosa.

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